domingo, 29 de mayo de 2011

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA

tajy de flores blancas en predio del colegio Gutenberg, Paraguay


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
Tal vez bajo otro cielo la dicha nos sonría...
La vida es clara, undívaga y abierta como el mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña oscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas, tasando el bien y el mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
-¡Niñez en el crepúsculo!, ¡laguna de zafir!-
Que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír...

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer...

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas, hay también, oh Tierra, un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

Porfirio Barba-Jacob

Porfirio Barba Jacob (seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez) nació el 29 de julio de 1883 en Santa Rosa de Osos y murió tuberculoso en Ciudad de México, el 14 de enero de 1942.

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