miércoles, 1 de junio de 2011

Así lo Vimos - Obra de Navidad para niños

el nacimiento de Jesus
Esta pequeña representación fue escrita especialmente para que los niños de la Escuela Dominical del Centro de Estudios Bíblicos Ysaty la pusieran en escena. Fue inspirada por la idea y las directrices de Hugo Menzel y escrita por Mirta de Eisenkölbl. La obra descolla por su inocencia y ternura. Requiere de una inversión importante en trajes, puesto que todos los niños visten de animalitos.


ASÍ LO VIMOS


(En escena se observan dos gallinas, un gallo, un pavo real, una vaca, un toro, un pato, dos o tres ovejitas)
GALLINA 1: (Acercándose a Gallina 2) Comadre, ¿qué pasa que todo el mundo está como loco hoy? Parece como si fuera la fiesta de Pascua.
GALLINA 2: Lo que sucede, comadre, es que el Emperador ordenó a la gente que vaya a su lugar de nacimiento para que se le haga un… un… (Haciendo un especial énfasis en la palabra) “Census”.
PAVO REAL: Censo, soberana ignorante, censo.
GALLINA 2: Bah, census o censo, lo mismo da… ¿Acaso sabes de qué se trata?
PAVO REAL: Este… bueno…
GALLINA 2: Suficiente, querido. En cuanto al “census”, ya se llevó sus víctimas. Cinco comadrecitas ya fueron a parar a la olla del mesonero, no me extrañaría que todas corramos la misma suerte.
GALLO: (Sube a una muralla y poniendo la mano en la frente, como si con esto viera mejor, mira hacia abajo) El mesón está repleto, ya no hay lugar. El patrón se está pegando el lujo de rechazar clientes, ¿se imaginan?
VACA: Ustedes dirán que soy supersticiosa, pero… no me parece que hoy es una noche común. Este día tiene algo muy singular. En el aire flotan extrañas melodías.
TORO: Tonterías, mujer, tonterías.
VACA: (Agacha humildemente la cabeza como diciendo “ya sabía que diría eso”)
PATO: Yo estoy de acuerdo con la señora Vaca. Desde que el sol se puso en el poniente apareció en el cielo un resplandor nuevo. Yo soy un admirador del Lucero Vespertino, pero hoy, no he dejado de admirar a esa estrella (señala el cielo) que crece con la noche…
TODOS: (Mirando al cielo en el mismo lugar) Ooooooh…
GALLO: Es bellísima, ¿cómo no me había dado cuenta? Yo, que debo ser un guardián para ustedes. Que conozco a los astros como a las rayas de mi pata, ¿cómo es posible que no me haya percatado de tal aparición?
GALLINA 1: Ya, no te sientas culpable. Después de todo, apareció recién esta noche. ¿Verdad don Pato?
PATO: Así, es… Me gustaría saber cuál es el motivo de su aparición, seguramente nos trae un mensaje demasiado importante.
GALLINA 1: Pregúntaselo, Cocoroó. Tú sabes hablar con la Luna, prueba con esa estrella.
GALLO: Lo intentaré... (se arregla las plumas) Ejem… (carraspea, como queriendo aclarar la voz) Señora Estrella… No solemos verla en el cielo… y yoo, digo, el señor Pato… es decir, nosotros, queremos saber qué motivo la trae por estos lugares…
ESTRELLA: Fui enviada por el Santísimo y Todopoderoso Creador de todo el Universo…
TODOS: Oooooh
ESTRELLA: …para anunciar al mundo el nacimiento del Mesías.
TODOS: Ooooh
VACA: Ya lo decía yo, algo especial estaba pasando, ¿se imaginan? ¡El Mesías! ¡El deseado, el esperado, nuestro único y verdadero Rey!
OVEJITA 1: ¿Y se puede saber dónde nacerá el Mesías?
ESTRELLA: No me fue revelada la dirección exacta, pero se me encomendó ser guía para todas aquellas personas que quisieran encontrar al Niño Dios.
OVEJITA 2: ¿Y alguien, aparte de nosotros, ha prestado atención a tu mensaje?
ESTRELLA: Tres estudiosos e importantes hombres del Oriente planean venir hacia acá con presentes especiales para el nuevo Rey que está a punto de nacer…
GALLINA 2: ¡Oh, qué emoción! ¡Cómo me gustaría saber dónde será, para ir a adorarle!
TORO: ¿Tú te crees humana? ¿No sabes que no podemos traspasar los límites de este sitio, salvo que sea en forma de comida? (la Estrella sale de escena silenciosamente).
GALLINA 2: Lo sé, lo sé, pero no me quedaré con los brazos cruzados. Eh, tú, Ternura, ven aquí.
PALOMA: ¿En qué te puedo servir?
GALLINA 2: Tú tienes alas, vuela a Palacio y tráenos novedades acerca del nuevo Rey que debe estar viniendo.
PALOMA: Con todo gusto, lo haré mañana. Tú sabes que no vuelo de noche.
GALLINA 2: ¡Qué pena! Parece que tendré que resignarme…
GALLO: (Que desde un buen rato atrás venía observando fijamente hacia abajo) ¡Miserable! ¡Yo estaría dispuesto a darle mi propia cama!
TORO: ¿Qué lo pone tan enojado Cocoroó?
GALLO: El patrón acaba de negarle alojamiento a una mujer que está a punto de tener su bebé.
GALLINA 1: ¿Y si el niño es el Mesías?
PAVO REAL: Calla, insensata. Los reyes nacen en los palacios, y no en mesones de mala muerte.
GALLO: Shhh… Sin embargo, le permitió quedarse… ¡Y vienen hacia acá!
CABRA: (Entra corriendo) ¡Un intruso, viene un intruso! ¡Y huele peor que yo!
PATO: Eso sí que es extraordinario.
BURRITO: (Asoma la cabeza) Permiso, buenas criaturas.
PAVO REAL: Si es por mí, no le dejo entrar, contaminará con su olor mi espléndido ropaje.
PALOMA: Déjenle entrar, parece tan cansado…
TORO: Adelante, compañero. Póngase cómodo.
BURRITO: Dios les pague su hospitalidad.
VACA: Disculpe mi curiosidad. ¿Trajo por si acaso usted a la mujer que está a punto de dar a luz?
BURRITO: (Comiendo mansamente) Así es.
VACA: Y, ¿desde dónde están vieniendo?
BURRITO: Venimos de Nazareth de Galilea. El viaje ha sido muy cansador, por cuanto mi ama estaba encinta, y parece que el niño nacerá esta noche.
PALOMA: Qué tierno…
VACA: ¡Qué extraña coincidencia!
BURRITO: ¿A qué se refiere?
VACA: Hemos observado cosas muy extrañas esta noche, y sabemos con certeza que el Mesías nacerá en estos días. Creemos que en Palacio se estarán preparando para presenciar el singular acontecimiento.
BURRITO: ¿En qué parte de las Escrituras dice que el Mesías nacerá en el Palacio?
PAVO REAL: Parece que tú sabes más que nadie sobre el tema.
BURRITO: No sé mucho. Pero soy buen observador. Un ángel anunció a mi ama, María, que tendría un hijo cuyo padre es Dios mismo, Él le ordenó que le pusiera por nombre Jesús, que significa Salvador. Mi amo, el noble José, recibió instrucciones de los mismos ángeles. Sé que algo muy extraordinario está pasando, y estoy convencido que el niño que está en camino es el principal protagonista.
GALLO: (Avanza sobre la muralla y mira a través de una ventana) ¡Allí están la mujer y su esposo. Parece que ella está muy dolorida. ¡Pobrecita! ¡Oh! ¡Oh! (se da la vuelta, tapándose los ojos) No quiero ver, no quiero ver! (De pronto se escucha un llanto)




TODOS: Oh!
GALLO: ¡Es un niño! ¡Es un niño! ¡Es un hermoso niño!
OVEJITA 1: Yo quiero ver…
OVEJITA 2: Y yo también! (se empiezan a empujar)
TORO: ¡Alto, alto, alto! ¿No se dan cuenta que este es un momento muy delicado?
VACA: Es cierto, querido, pero yo no puedo perderme por nada del mundo el nacimiento del Mesías, el Hijo de Dios.
PAVO REAL: Vamos, señora Aurora, hay que ser ingenua para creer tal cosa.
VACA: Yo diría que hay que ser muy ciego para no creerlo. ¿Qué más necesita escuchar para darse cuenta de que hoy Dios ha cumplido su promesa? (de pronto se escucha un aleteo, una lechuza de enormes ojos se posa junto al gallo)
GALLO: (Saltando de la muralla) Ay, Ay, Ay! Socorro! Chicas, escondan a los polluelos! Ayuda, ayuda! Espantemos a esta ave indeseable!
LECHUZA: Tranquilo… tranquilo… Vengo en son de paz… (mira hacia todas partes) Estoy buscando a un bebé recién nacido…
VACA: (Adelantándose) ¿Se puede saber para qué lo buscas y por qué has venido a este sitio?
LECHUZA: Verán, yo estaba semidormida sobre la rama de una higuera silvestre, aprovechando la tibieza del fuego que un grupo de pastores encendió para acampar. De pronto, una luz más radiante que la del sol me encandiló, era un ángel del Señor que se adelantó para hablar con los pastores, que temblaban de miedo. El ángel les dijo que en la ciudad de David había nacido el Salvador, que es Cristo el Señor, y les dio indicaciones para que pudieran encontrarlo, él dijo “hallaréis al niño envuelto en pañales (el gallo sube otra vez y se queda mirando a través de la ventana), acostado en un pesebre…
GALLO: Sin duda alguna, ese es nuestro niño…
LECHUZA: Es más, después de decir esto, el cielo se abrió para dar paso a una multitud de ángeles en perfecta formación. Y yo escuché… y yo escuché…
PAVO REAL: ¿Qué escuchaste? ¡Vamos, habla!
LECHUZA: Escuché la canción más bella que jamás alguien oyó… Aún me parece oír la letra: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”…
VACA: ¿Qué más necesitamos oír? ¿Qué dice ahora señor Pavo?
PAVO REAL: Digo que… Digo que Dios ha venido a visitarnos. Dios ha elegido este lugar, este sitio pobre, sucio, olvidado por todos, para prender en él a la Joya más valiosa del Universo, a su Hijo Unigénito. ¿Quién soy yo para tener este inmenso honor? ¡Alabado sea el Señor!
TODOS: ¡Alabado! (se arrodillan e inclinan sus cabezas hasta el suelo)

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