sábado, 11 de junio de 2011

ORACIÓN DE UN PADRE

papá orando


Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte
para saber cuando es débil,
Y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo;
Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada,
y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho;
un hijo que sepa conocerte a ti y conocerse a sí mismo,
que es la piedra fundamental de todo conocimiento.

Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil,
Sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos,
Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad
y a sentir compasión por los que fallan.

Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos,
Un hijo que se domine a sí mismo, antes que pretenda dominar a los demás;
Un hijo que aprenda a reír, pero que también sepa llorar;
Un hijo que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado.

Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te lo suplico,
Suficiente sentido del buen humor de modo que pueda ser siempre serio,
Pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.
Dale humildad para que pueda recordar siempre
la sencillez de la verdadera sabiduría,
La mansedumbre de la verdadera fuerza.

Entonces yo, su padre, me atreveré a murmurar:
No he vivido en vano…


Gral. Douglas Mc Arthur

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