jueves, 16 de junio de 2011

Sin derecho a ser madre

pordiosera



Pensativa, cabizbaja, con la mirada perdida,
Con los ojos llenos de llanto,
Encontré a una triste muchacha
Fuera de la iglesia, un día…

Entraban los devotos, con la mirada indiferente,
Ninguno preguntó qué le sucedía.
Apresuraban el paso, la misa ya iniciaba,
No podían perder su tiempo; otros, hasta sonreían.

Yo me acerqué a ella, le pregunté: "¿Qué te pasa?"
Levantó su mirada triste, permaneció callada,
Le dije que quería ser su amiga; que sólo quería ayudarla;
Que le pidiera a Dios, que Él siempre la escuchaba.

Nuevamente me miró diciéndome estas palabras:
"Dios no puede ayudarme,ya me siento condenada...
Falté al mandamiento –No Matarás-
Y he matado, a quien nunca me ha hecho nada.

Hoy vine a la iglesia a orar,
A pedirle a Dios que me perdonara,
Y estando al pie del altar,
Sentí que no tenía derecho a pedirle nada.

Maté, por rencor, al hombre que me despreciaba,
Maté al hijo que llevaba en mis entrañas...
No sé si fue por venganza, miedo o dolor,
O por no tener recuerdos del hombre que me engañaba.

No lo pensé, fui juez, a muerte lo condenaba,
Y ahora me pregunto, ¿qué hizo para que lo matara?
Sin darle siquiera la oportunidad
de que al nacer, otra madre lo amara.

Su muerte, fue una muerte cruel,
Su tierna carne fue torturada,
Sólo importaba lo que yo sentía,
Mas no el hijo que llevaba en mis entrañas.

Era un ser puro, inocente,
que no pudo defender su vida,
Ni tuvo alguien por él reclamara.
Y yo le lo maté, ¿cómo puedo ser perdonada?

¿Cómo puedo asistir a la iglesia
Como si nada pasara?
Si no pude compadecerme de su dolor,
Siendo yo la madre que lo llevaba en mis entrañas.

Dígame usted, Señora: ¿Podrá Dios perdonarme?
Si yo cometí un pecado, el pecado más abominable,
Dígame usted: ¿podría tener derecho a tener un hijo
Y que éste me llame madre?"


Iris Díaz (Española)

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