Hacia América
Por Gerardo Schiaffino
Pequeño drama que puede ser recreado en actividades escolares alusivas al descubrimiento de América. Especialmente porque es breve y requiere de pocos personajes.
Colón: -Han transcurrido largas
semanas de navegación, y las horas y los días se están llevando mis sueños y
desbaratando mis proyectos al mostrarnos sólo mar… mar… y mar. Esta es la expedición más temeraria de mi
vida.
Oficial: -Señor Almirante, las
grandes hazañas han exigido siempre grandes sacrificios. ¡Cuántas penurias habéis pasado ya! Pero por
vos, por vuestro hijo, por la reina, no debéis desmayar.
Colón: -No desmayo. Pero ya veis… La brújula está desviada, y los
vientos soplan constantemente.
Oficial: -¿Habéis perdido la fe?
Colón: -Nunca. Eso es lo que me alienta en este viaje. La mirada puesta e la Providencia y la
seguridad del triunfo. Antes de salir de
Palos, puse por timón mi perseverancia y elegí por guía a mi Dios.
Oficial: -¿Entonces?
Colón: -Pienso en los infelices
que me acompañan; ellos no tienen fe.
Ellos no han puesto su corazón ni su nombre en esta aventura. ¿Querrán seguir?
Oficial: -Sí, Almirante,
seguirán.
Colón: -Dios os oiga, señor
oficial. La reina Isabel necesita que
regresemos llevando buenas noticias.
Oficial: -Dios oirá vuestras
súplicas, y las mías.
Colón: -¿Habéis rogado por el
éxito de mi empresa?
Oficial: -Por el vuestro y el de
España.
Colón: -Gracias, os sabía de
gran corazón.
Oficial: -Os lo merecéis. Pero… ¿qué es esto?
Colón: -¡Cielos! … ¡Aves, aves,
aves!!... ¡Ordenad qu cambien el rumbo y
que sigan a las aves que el cielo envía!
¡Ellas nos llevarán a las Indias!
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