domingo, 29 de agosto de 2010

COMO JEREMIAS

jeremías el profeta llorón

Este poema, escrito por Mirta de Eisenkölbl, tiene la finalidad de infundir ánimo al creyente que atraviesa por alguna situación difícil.

El fiel cariño reclamó un poema,
la tristeza se hizo palabras,
y mi ser de confiado poeta
buscó la fuente de toda esperanza.

Pensé: “Mi decir sería vano,
y estéril el propio consuelo,
si el Espíritu no fuere guiando
lo que siento decir debo”.

Me trasladé a Jeremías y su triste lamento.
“No me acordaré más de Él, ni hablaré ya en Su Nombre”,
sentenciaba el profeta de los mil sufrimientos,
que por Dios fue blanco de las afrentas del hombre.

Mas… ¿Acabaría allí su carrera heroica?
¿Retrocedería en la fe, quien fe predicó?
El fuego del Señor en su carne estoica,
a replicar: “traté de sufrirlo, y no pude”, obligó.

Hermano mío, hermanito del alma,
no te amedrenten las gigantescas olas
de tentaciones y pruebas amargas,
pues a todo cristiano en parte le toca.

Tú, más que yo, sabes
que es inútil afanarse por el mañana.
¡Si el precavido Dios y Padre,
tiene nuestra vida totalmente planeada!

Si cuanto anhelas no tienes, por fe espera;
sabes que el justo por ella vivirá,
la voluntad de Dios es perfecta y es buena,
y en el tiempo debido se manifestará.

Tú y yo una lección tenemos,
(pues semejante lucha también afronté):
a nuestro Redentor mirar sólo debemos
todos los días que el Señor nos dé.

A predicar, consolar, caminar por fe…
¿Lo demás? Lo demás añadido será.
Confiemos en su amor y poder,
y en las incontables pruebas de su fidelidad.

¡Vamos! Como Jeremías también exclamemos:
“Jehová está conmigo, como poderoso gigante”.
¡Verás cómo las tentaciones venceremos
y nuestro andar será gozoso y triunfante!

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Aprecio mucho su comentario. Cordialmente, Mirta Delia.