domingo, 7 de agosto de 2011

Detalles

mariposa sobre la flor

Este pequeño poema es un llamado de atención para el hombre y la mujer modernos, encandilados por las ofertas del materialismo y embretados por las exigencias de un tiempo acelerado. La autora hace notar que la perfección y la belleza están más cerca de lo que imaginamos y al alcance de cualquier persona. No hay por qué dejarlas pasar sin absorber de la exquisita sublimidad con la que pueden enriquecer nuestras vidas. ¿No?


Una mujer contemplaba admirada
cómo mudaba ante sí el paisaje,
y con trémula voz emocionada
habló a su compañera del pasaje:

-¿No es hermoso el bosquecillo de pinos
y el arroyo que se desliza salvaje?
-¡Bah! -contestóle ésta con gran desatino-
¿qué ves de lindo? ¡todos son iguales!

Así van por los vivientes caminos
disciplentes, desabridos mortales
que no pueden deleitarse en la rosa
porque siempre buscan los tulipanes,

los edenes de latitudes ignotas
que no son más que las flores del campo
cuyas simétricas perfectas formas
el genio de Dios van revelando.

Y no pueden tributar su hermosa
contemplación a lo sencillo y agreste,
con los que el alma sencilla se goza,
se enriquece, se aviva y reverdece.

Mirta López de Eisenkölbl

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Aprecio mucho su comentario. Cordialmente, Mirta Delia.