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miércoles, 13 de enero de 2021

Amor insensato

Hoy somos como dos altas montañas, una frente a otra, y entre ambos, un horrible precipicio sin final cubierto de una bruma espesa que dibuja en la nada figuras fantasmagóricas…. Otras veces esos soberbios montes que somos extendieron sus brazos uno hacia el otro formando una diáfana y reluciente calzada, plena de sol, de inquebrantable roca, de esmeraldinos bosques colmados de frutos y de vida, de abundantes fuentes de transparentes y bulliciosas aguas que en su encuentro se perdían en un imponente abrazo para acabar despeñándose sobre las multicolores piedras, convirtiendo sus aguas, en su estrepitosa caída, en millones y millones de diamantes que transformaban la luz del sol en un espléndido, magnífico arco iris… ¡Oh, qué visión maravillosa e increíble podía uno tener en este sitio, desde el cual podías ver al mundo girar, como si fuera un lejano e inalcanzable espejismo! Pero el espejismo… era el puente… y la vida… y el sol… y las aguas… y nuestros corazones tan prontos para alejarnos uno del otro… de cortar con frialdad una unión tan bella… y es que… ¿mantener ese canal es insensato? ¿Es loco tal vez dejar abierta esa ruta por la que fluye tu corazón al mío y el mío al tuyo? ¿Es más sensato dejar que el abismo se trague esa posibilidad de experimentar la gloria magnífica de la expresión del amor, porque en la realidad esa ruta está prohibida? Tú, montaña implacable, enhiesta y marcial, azul como el cielo y dulce como el agua de un manantial, ¿debes voltearte, mirar al lado opuesto… no debes observarme… y yo… yo que ni siquiera ya sé quién soy… también he de voltearme, mirar en otra dirección, cerrar mis oídos para que nunca jamás vuelva a oír la voz de los rumorosos ríos que descienden de tu empinada ladera…? ¿Podrá pasar esto alguna vez? ¿No sería esto semejante a esos cuentos de hadas en los que un bosque negro esconde magníficos palacios de esplendor cercenados? Acabarán así tu vida y la mía, lejos, muy lejos una de la otra, habiendo sido juntas, dentro de las posibilidades estrechas del tiempo y del espacio, la más dulce gloria de un amor sin igual? Delya de Baires

jueves, 7 de agosto de 2014

Hay silencio en el alma



Hay silencio... silencio en el alma,
un nudo apretado en las entrañas...
una sensación de que algo ha muerto,
e ignorar qué del todo ahora es nada...

Hay silencio... y lejanía... y desesperanza...
hay la sensación frustrante
de haber dado voces en la montaña
para solamente uno mismo escucharse,
y saber que nadie oyó de ti una palabra...

Hay tristeza, y silencio, y un sabor a hiel en la garganta...
hay la inmensa desazón de querer sujetar un algo que amas,
y sentir que las fuerzas te faltan
para evitar que en el abismo del olvido al fin caiga...

Hay tanto amor como tristeza en el corazón...
Hay... hay tanto que es nada,
hay nada que es tanto,
Hay en mi alma tan profundo dolor
que nadie puede ni podrá minimizarlo,
salvo tú, que prefieres ignorarlo...

Hay silencio en el alma...
hay un agudo y angustioso quebranto...

Delya Debaires