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domingo, 3 de abril de 2016

Por una mujer de Samaria



Van los doce caminando
en pos de su Maestro amado.
Abrasa incompasivo el sol de Samaria
Sus escogidas cabezas;
arden sus pies en la arena,
rugen de hambre sus entrañas…
De terrenales temas, los mortales hablan.
El Dios encarnado, sólo piensa mientras anda.

Medita en el desdichado destino
de las mujeres que en Eva bendijo.
¡No era ese el objetivo de su plan!
Creó al hombre y a su mujer
y los constituyó en señores del regio Edén
para que gozaran siempre de su amistad.
Mas… ¡Oh tragedia colosal!
Cayó Eva, y cayó Adán…

Desde la caída se sucedieron
muchos siglos, muchos pueblos,
y a la mujer siempre impusieron,
los castigos más severos,
las humillaciones más graves…
Consideradas como animales,
hasta la muerte recibían como castigo,
Sin tener en cuenta que era preciosa,
Pues Dios la diseñó para una existencia gloriosa.

¡Oh bellísima corona de la creación,
 Desde el profundo fango clama “Redención”!
Lo oye el Eterno en el vasto desierto
Y se conmueve en su pecho el corazón.
Resuelto se sienta junto al pozo de Jacob
Y espera la llegada del ansiado momento
Mientras sus discípulos, presos de vital necesidad,
Corren a la aldea en busca de pan.

Lentamente, la samaritana se acerca,
Mientras mil preguntas formula en su cabeza:
“¿Quién es? ¿Qué busca?
¿Por qué su mirada me abruma?
Dice algo… ¿Acaso me está hablando
A mí, que soy mujer?
Y sin embargo lo hace… ¡No lo puedo creer!
Me pide agua.  ¡Del agua de mi cántaro
El extraño hombre quiere beber!
Y yo… ¡Yo no sé qué responder!”

-¿Cómo tú siendo judío…
-Al inquietante hombre dijo-
 …me pides agua a mí,
Que soy mujer samaritana?
¿Por qué tu tiempo malgastas?
¿Por qué te expones a sufrir
De los otros hombres la condenación
Cuando mi vida tiene tan poco valor?-

Y en el augusto rostro se dibujó
Una sonrisa que refulgía como un sol.
Le ofreció el agua viva
que por siempre su sed calmaría,
Si ella en Él reconocía
Al esperado, divino Mesías…
La mujer creyó, creyó en Jesucristo,
Y como a todo creyente, Dios la bendijo.


Mirta de Eisenkölbl 




sábado, 27 de agosto de 2011

Oración del maestro cristiano

maestros de nivel inicial
Señor:
Tú que eres el único Maestro,
concédeme la gracia de ser, a ejemplo tuyo,
maestro para mis alumnos.

Haz que yo sea modelo
de amor, confianza y comprensión;
haz que yo sepa, con mi vida,
educarlos en la libertad,
y con sabiduría capacitarlos
para un auténtico compromiso
hacia los demás.

Haz que yo sea capaz de hablarles de ti,
y de enseñarles cómo hablar contigo.
Haz que ellos se den cuenta que son amados
y que yo sólo busco su verdadero bien.

Haz que mi amistad contigo
sea la fuente de mi amistad con ellos.

Jesús, Maestro,
gracias por haberme llamado a tu misma misión:
ser maestro.

Ana V. de Arce

Tu gloria, Padre

mirar el cielo

Tu gloria, mi Dios, tu gloria
mi mente no puede entender,
y, a decir verdad, de ella no hago memoria
hasta que me la das a conocer.


Así como un rayo esquivo,
tal conocimiento llega hasta mí,
y al considerarlo casi no respiro,
pues que entreveo tu majestad sin fin.


Y entonces mi espíritu cae mil veces
ante tu grandeza inconmensurable,
¡Señor, quisiera yo comprenderte,
saber por qué eres el único Ser adorable!


Yo sé que Tú lo llenas todo.
Que eres Luz, lo sé muy bien,
pero tu altura, mi yo de lodo
no puede hurgar, no sabe ver...


Muéstrame tu gloria, oh Padre,
para que ante ti, postrado mi espíritu ande
todo el tiempo que en esta carne
quieras en tu voluntad darme.



Mirta de Eisenkölbl

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ser cristiano

culto evangélico

Ser cristiano es algo más
Que un simple rótulo distintivo
Que por ser tradicional
Adoptarlo se ha querido.

Hoy encuentro muchos seres
Que semejan a botellas,
Que títulos lucen en papeles
Sin ajustarse a lo que encierran.

¡Ser cristiano es tan alto!
¡Es el honor inmerecido
De pecadores que son santos
Por recibir a Jesucristo!

Es servir a un Rey
Que ha muerto… ¡Y está vivo!
¡Es dejar que gobierne Él
La nación del ego mismo!

Ser cristiano es ser de Cristo
La más cara pertenencia,
Es alabarle en cada respiro,
¡es la vida más perfecta!

¿Eres cristiano verdadero?
¿Has nacido nuevamente?
¡No verás el mundo venidero
Sin aceptar a Jesús conscientemente!

¡Y es fácil! “Cerca de ti está la palabra,
En tu boca y en tu corazón”;
Tan sólo esto es necesario que hagas:
¡Cree en Jesucristo como tu Salvador!

Mirta López de Eisenkölbl
31.05.86

domingo, 7 de agosto de 2011

Corazones que esperan

dos corazones


Corazón nacido blanco,
níveo papel sin borrón,
algún alma esperando
con una aguda visión
que lo escriba con sus actos
impregnados de amor,
que lo selle con el canto
de una muy sentida voz.

Corazón tornado negro,
en doliente luto sin fin,
esperando algún consuelo
de un terrenal serafín
que lo libre de este duelo
en que boga su vivir
por Aquél que es sólo bueno,
que lo amó hasta el morir.


Corazón ya redimido
del poder de la maldad,
autorizado, único testigo
del amor de la Verdad,
¿Acaso no has entendido
que por ti esperando están
el que estrena sus latidos
y el que anhela su cesar?

Mirta de Eisenkölbl

Detalles

mariposa sobre la flor

Este pequeño poema es un llamado de atención para el hombre y la mujer modernos, encandilados por las ofertas del materialismo y embretados por las exigencias de un tiempo acelerado. La autora hace notar que la perfección y la belleza están más cerca de lo que imaginamos y al alcance de cualquier persona. No hay por qué dejarlas pasar sin absorber de la exquisita sublimidad con la que pueden enriquecer nuestras vidas. ¿No?


Una mujer contemplaba admirada
cómo mudaba ante sí el paisaje,
y con trémula voz emocionada
habló a su compañera del pasaje:

-¿No es hermoso el bosquecillo de pinos
y el arroyo que se desliza salvaje?
-¡Bah! -contestóle ésta con gran desatino-
¿qué ves de lindo? ¡todos son iguales!

Así van por los vivientes caminos
disciplentes, desabridos mortales
que no pueden deleitarse en la rosa
porque siempre buscan los tulipanes,

los edenes de latitudes ignotas
que no son más que las flores del campo
cuyas simétricas perfectas formas
el genio de Dios van revelando.

Y no pueden tributar su hermosa
contemplación a lo sencillo y agreste,
con los que el alma sencilla se goza,
se enriquece, se aviva y reverdece.

Mirta López de Eisenkölbl

sábado, 23 de julio de 2011

Lo que vos queráis, señor


Lo que vos queráis, Señor,
sea lo que vos queráis.

Si queréis que entre las rosas,
ría hacia los matinales
resplandores de la vida,
sea lo que vos queráis.

Si queréis que, entre los cardos,
sangre hacia las insondables
sombras de la noche eterna,
sea lo que vos queráis.

Gracias si queréis que mire,
gracias si queréis cegarme,
gracias por todo y por nada,
sea lo que vos queráis.

Lo que vos queráis, Señor,
sea lo que vos queráis.

Juan Ramón Jiménez

miércoles, 13 de julio de 2011

La razón de las montañas


Poesía de ánimo para momentos de crisis

Desde el levante de tu vida
Vienes con pasos muy seguros,
Tantas nociones aprendidas
Te evitarán trajines duros
(tú piensas, lo dices, lo crees).

Mas… ¡Oh sorpresa insospechada!
Cruel despertar de un sueño errado,
En tu camino la montaña
Del sufrimiento ha brotado
(y lloras, te enojas, reniegas).

Al fin procuras esquivarla,
Pero… ¡se extiende a todos lados!
Te es imposible bordearla,
La adversidad te ha cercado…

Todos tus sueños entusiastas,
En un santiamén se esfumaron,
y ese macizo, angustia vasta,
¡Sólo admite ser escalado!
(Te duele, no quieres, no puedes).

De pronto, viste en aquella prueba
Una ocasión para aprender.
Tú escalaste la peña nueva,
Nada te pudo detener
(suspiras, te alegras, te ríes).

Y ya en la cima conquistada
Hallas un prado superior,
¡tú entendiste que las montañas
Surgen para hacerte mejor!

Mirta de Eisenkölbl

domingo, 10 de julio de 2011

Lágrimas purificadoras

La autora espera que este poema anime a las personas que están pasando por situaciones extremas.

llanto de mujer


Soles, oh soles de mis jornadas,
soles radiantes de días buenos,
tan buenos eran que avergonzada
me quedé un día por todos ellos.

Y es que… las tormentas que estaba viendo
en tantas vidas que me rodeaban,
tornaron mi placentero cielo sereno
en violenta culpa que me azotaba.

¿Quién era yo para ser librada
del dolor y la pérdida, del desdén y el llanto?
¿Por qué sólo el bien siempre me dabas
y de mí ahuyentaste todo quebranto?

Y yo te dije, Dios, aquel día
Que ya llorar yo no sabía…
¡qué insensata fui que así pedía
amenazantes nubes sobre mi vida.

Cual ciegos erramos por el páramo frío
Sin percatarnos de aquel nublado
Que cercando iba nuestro camino,
Hasta que sin salida nos encontramos…

¡Con qué crueldad se desató el viento
Contra nuestros débiles, incautos cuerpos!
¡Y mis ojos anhelantes de llanto intenso,
De tristes cortinas acuosas se cubrieron!

Tan desgarrante era aquel dolor
Que yo me dije, mi buen Señor,
Que si por esa escuela pasar debía yo,
No dejaría de aprender ninguna lección.

Y aún estamos en la inhóspita meseta,
Aún el turbión azota nuestras vidas.
Todos nos dicen “no hay una puerta,
No hay para ustedes ni una salida…”


Aún las lágrimas, cual perpetuas cortinas,
Se deslíen por nuestras cansadas pestañas,
Mas son ellas las que pulen y afinan,
Las que embellecen el carácter y el alma…

Y pese a todo y contra todos,
Yo, mi Señor, en ti confío,
Que levantar al hombre puedes del polvo
Y echar por tierra, al que se muestra altivo.

Por eso, seguimos avanzando en el desolador
Valle de sombras de muerte,
Sabiendo que el brazo de nuestro Señor
Sigue siendo poderoso y fuerte.

Mirta de Eisenkölbl

20.06.10

miércoles, 22 de junio de 2011

Credo


hombre feliz
Creo en Dios porque existo.
Si yo no existiese
No creería
Creo en Dios porque existe
Porque es el dueño de la vida.

Creo en Dios y aunque no creyera,
A Él no le afectaría.
Porque Él es tan poderoso
Mi creencia… ¿Qué le daría?

Creo en Dios, hay millones de pruebas,
Lo comprueban,
Existe sabiduría.
No soy nada y en Él creo
Él es eterno y me da la vida.


Daniel Cantero Molina (Paraguayo)

miércoles, 1 de junio de 2011

ATREVETE - Dramatización para evangelizar

joven en el infierno
joven clamando en el infierno
estudiante deprimido


Comentario de la autora:
Esta pieza teatral en tres actos fue escrita por Mirta de Eisenkölbl especialmente para que los jóvenes del Club Bíblico de Jóvenes del Centro de Estudios Bíblicos Ysaty, de Lambaré, Paraguay, la pusieran en escena. Lo más llamativo e interesante que se presenta en esta obra es el aporte de Hugo Menzel para mostrar a Fabián entre las llamas del infierno. Así como se muestra en la fotografía, se colocó una tela blanca sobre la cual se proyectó las llamas del infierno, detrás el joven gesticulaba al tiempo que se oían los clamores y gritos aterradores. La escena es altamente tocante. Espero que la obra les sea útil y produzca resultados para la eternidad.

Integrantes

Relator
Natalia
Arturo
Papá de Natalia
Micaela
Lucas
Fabián
Profesor
Rubén
Marcela



ESCENA 1
Relator: Natalia era cristiana. Los domingos integraba el grupo de alabanzas de su Iglesia. Como su padre era misionero, participaba de todas las reuniones de su Iglesia. Iba a todos los campamentos; inclusive, acompañó a su padre a una conferencia misionera que se hizo en el extranjero… y estaba preparándose para asistir a otra; pero Natalia era muy tímida… (Se la ve entrando en el aula de clases con sus cuadernos contra el pecho. Se sienta en la segunda fila, en el asiento pegado a la pared. Abre el cuaderno y lo comienza a hojear. Entra una pareja –Micaela y Rubén y se sientan detrás de Natalia. Un joven –Arturo- ingresa jugueteando con un celular y se sienta en la primera fila sin dejar el aparatito. Natalia los mira de reojo como queriendo saludarlos, pero como ni la miran, vuelve a hundirse en su cuaderno. Entra una niña de anteojos, y la saluda con la mano. Natalia le devuelve el saludo.) A la joven le costaba mucho manifestarse entre sus compañeros. (La pareja sentada detrás suyo habla desvergonzadamente, se dicen cosas al oído y se ríen, en clara actitud de noviazgo; Natalia mueve la cabeza demostrando desaprobación; en su rostro se nota el asombro. El compañero de adelante –Arturo- se da vuelta y descubre el gesto) Escuchaba sus temas de conversación y se horrorizaba de tan sólo pensar que podían involucrarla para burlarse de ella.
Arturo: ¡Eh, ustedes dos! ¡Paren un poco porque están escandalizando a santa Natalia!
Micaela: (Respondiendo a la observación de Arturo, toca a Natalia por el hombro y se dirige a ella, haciéndole un gesto de menosprecio) ¡Ay, qué pesada! ¿Por qué no te vas a un convento, Natalia? (Natalia la mira, se sonríe y vuelve a su posición original).
Relator: Natalia no quería problemas, así que optaba por pasar lo más desapercibidamente posible. Ésto la tornaba silenciosa y solitaria… Y aunque era catalogada como insensible y apática, nadie imaginaba la lucha interna en la que estaba enfrascada.
Fabián: (Un muchacho gordito, o que tenga alguna característica resaltante, extremadamente tímido, se sienta junto a ella y le habla como si no quisiera que alguien escuche la conversación) Hola, Natalia…
Natalia: Hola, Fabián. ¿Cómo estás?
Fabián: ¿Y cómo voy a estar? Mal… Parece que las cosas nunca cambiarán para mí…
Natalia: Vos sabés que sí pueden cambiar, si aceptaras…
Fabián: (Corta bruscamente) Mirá, si vas a salir con eso otra vez, me voy… (hace el amague de irse)
Natalia: (Extendiendo la mano) ¡No! ¡No te vayas! Quiero saber… por qué estás así.
Fabián: Estoy podrido de la vida. Todos saben que me cuesta estudiar, estoy luchando por no aplazarme, y cuando llego a casa con un resultado que para mí es genial, nada… silencio… nadie parece darse cuenta de mi esfuerzo… para nadie es importante… estoy empezando a creer que no soy más que un estorbo para mi familia… (parece hablar solamente para sí, y mirando a su alrededor) Para mis compañeros… (musita levantándose, sin darle a Natalia la oportunidad de responderle, se sienta en el extremo opuesto de la fila de Natalia y se queda mirándola un buen rato. Natalia hace un esfuerzo por sonreír y traga dificultosamente la saliva. En ese momento entra corriendo el alumno apostado en la puerta.)
Lucas: ¡El profe! ¡Viene el profe! (Todos se colocan en posición. El profesor ingresa a la clase saludando.)
Profesor: ¡Buenos días, alumnos!
Todos: (Parándose) ¡Buenos días, profesor!
Profesor: (Haciendo un gesto con la mano) Tomen asiento… (Todos se sientan. Fabián vuelve a mirar a Natalia. El profesor sigue hablando.) ¿Hasta dónde llegamos ayer? (Marcela se levanta con su cuaderno y lo que acontece en la clase se convierte en un murmullo lejano para Natalia, que se queda observando nuevamente a Fabián, que ahora está recostado sobre su mesa, como durmiendo.)
Relator: Fabián tenía un significado especial para Natalia; cada vez que él la miraba con esos ojos penetrantes, era como si los ojos de todos sus compañeros se clavasen en ella. Esos ojos le reclamaban… le desafiaban… le asustaban… Cada vez que Fabián fijaba en ella esa mirada convertida en un S.O.S. desesperado,
le parecía como si el clamor de ese atribulado corazón dejase de ser inaudible para juntarse con el gemido secreto de todos los demás jóvenes, formando un coro grave, quejumbroso y lastimero, una música espectral de ánimas condenadas... Para desgracia de todos, esa carga espiritual era fácil de sacudirse (Se ve a Natalia quitando la vista de Fabián y sacudiendo la cabeza como si tratase de desprenderse de un pensamiento indeseado), bastaba encontrar una razón que justificase su inacción.
Natalia: (Se oye la voz de Natalia mientras ésta abre su cuaderno) Nadie es más papista que el papa, si a él le gusta andar así, ¿qué más puedo hacer yo? Además, yo ya traté de hablarle…
Relator: De ese modo, esa convicción que la embargaba normalmente los primeros días de la semana, cuando el mensaje de la Palabra de Dios aún tronaba en sus oídos, se esfumaba con el correr de los días, porque siempre, siempre, siempre había una razón para acallar la conciencia… Y ante esa continua resistencia al Espíritu Santo, su corazón se iba haciendo cada vez más insensible…
Profesor: Natalia… (todos los compañeros se vuelven hacia Natalia) ¡Natalia Sánchez!
Rubén: (Agachándose hacia adelante, toca el hombro de Natalia.) ¡Che! El profe te está llamando…
Natalia: ¿Qué? (Responde a Rubén mientras éste le indica con el rostro en dirección del profesor. Natalia se da vuelta inmediatamente.) Perdón, profesor… ¿Qué…? ¿En qué puedo servirle…? (risas generalizadas).
Profesor: ¿En qué mundo estabas? Decía que tienes dos opciones para formar tu grupo, o eliges a Marcela (indica a una niña de anteojos que le sonríe amistosamente), o a Fabián (que lo mira malhumorado). Tú decides.
Natalia: Yo… yo… ¿Por qué no decide usted, profesor?
Profesor: Es tu privilegio, muchacha…
Arturo: Elegí de una vez. ¡Queremos irnos!
Natalia: (Tímidamente y agachando la cabeza) Elijo a Marcela (Fabián agacha la cabeza como si un mundo se hubiera desplomado sobre él).
Profesor: Bien. Fabián, tendrás que hacer el trabajo en forma individual. ¡Hasta mañana, jóvenes!
Todos: ¡Hasta mañana, profesor! (Salen. Natalia y Fabián se quedan solos. Fabián se levanta y se para frente a Natalia).
Fabián: Esperaba más de vos… Al final, sos como todos los demás… (Natalia se queda pensando. Se la nota muy triste. Finalmente se encoge de hombros, y sale silenciosamente. Las luces se apagan y se cierra el telón)

ESCENA 2

(Al abrirse el telón, se ve a los alumnos cada uno en su lugar. La única modificación es que Marcela se sienta con Natalia.)
Marcela: A ver (se sonríe y se coloca mejor en su asiento), contame cómo van tus preparativos. ¡Estoy tan ansiosa como si yo misma estuviese por viajar!
Natalia: ¡Están demasiado bien! Fijate que… (en ese momento ve a Fabián que había entrado y se detuvo frente a ella. Levanta la mano en señal de saludo.) ¡Hola, Fabián!
Fabián: (Que parece un zombie. Desvía la vista de Natalia y la clava en Marcela.) Hola, Marcela. (Natalia baja lentamente la mano y la lleva a la nuca, como rascándose la cabeza)
Marcela: Hola… (Mira a Fabián y a Natalia, a Natalia y a Fabián sin entender lo que estaba pasando. Fabián se sienta en su lugar clavando, como siempre, sus ojos en Natalia. Ésta lo mira y hace un mohín con la boca.) Parece que está enojado contigo…
Natalia: Parece que sí…
Marcela: No me vas a decir que es porque me elegiste a mí… (Natalia asiente con la cabeza.) ¡Pero qué infantil es!
Natalia: No lo juzgues apresuradamente. No la está pasando bien… y yo no puedo ayudarle…
Marcela: Sí, tenés razón. Me contaron que su mamá y su hermanito viajaron para reunirse con su papá que está trabajando en la Patagonia argentina.
Natalia: Ah, ¿sí? Con que era eso… ¿Y con quién se quedó él?
Marcela: Parece que con una tía paterna que tiene cuatro hijos. Dicen que lo discrimina… (Ve que Natalia se pone mal y cambiando el tono de la voz, agrega) Aunque… vos sabés cómo la gente habla de balde … Fuera de todo esto, viven bastante bien, tienen una casa grande y un lindo coche. Tan mal no puede estar… (como Natalia continúa muda, vuelve a insistir) ¡Pero vos viajás mañana, Natalia! ¿Trajiste tu justificativo? Mirá que el martes rendimos Lengua Castellana y vos sabés que la profesora no te va a perdonar.
Natalia: ¡Ah, sí! (Revisa su cuaderno) ¡Gracias por recordármelo! (Hurga en su cuaderno, revisa sus bolsillos, abre su cartuchera, y lo encuentra allí). ¿Me acompañás a la Coordinación?
Marcela: Sí, claro (ambas se levantan y salen. Fabián se queda mirándolas y jugando distraídamente con las manos).

ESCENA 3

Relator: Natalia viajó con su padre y sus hermanas. Este viaje creó en ella muchas expectativas. Aunque ya conocía a algunas personas del lugar adonde iban, sabía que conocería a nuevos hermanos… algo le decía que sería diferente (Aquí se pueden pasar algunas fotos de la conferencia). Y así fue. Todas las actividades estaban envueltas con un aire celestial, ¡era una verdadera fiesta espiritual!, y esto hizo que los mensajes transmitidos por los misioneros, a los que estaba acostumbrada desde muy pequeña, adquiriesen para ella un sentido especial. La Palabra de Dios al caer sobre su corazón sensible y dispuesto, prendía como prende la semilla buena sobre la tierra fértil preparada para la siembra.
Voz del Predicador: (Se puede colocar la foto de algún predicador, en power point, o bien pararse alguien predicando pero dándole un efecto especial) Jesús, nuestro Señor mismo, “…al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor…” Por eso dijo a sus discípulos “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Es necesario que nos levantemos para llevar el mensaje de Salvación, el mensaje de la Cruz; que presentemos a Jesucristo, como decía Pablo, a tiempo y fuera de tiempo, porque solamente Él puede librar de las llamas del infierno al alma perdida. Jesús murió por todos. Ahora nos toca a nosotros, los limpios por su preciosa sangre, llevar las buenas nuevas, porque “Todo aquél que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquél en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?”
Relator: Natalia tomó su decisión, como tantos otros lo hicieron en aquélla inolvidable ocasión, de romper las ataduras que la mantenían como una cristiana común. Ya no quería ser como aquel siervo que enterró su talento en la tierra. Decidió desenterrar las habilidades y capacidades que el Señor había confiado en ella (se puede escuchar como fondo la canción “Yo te prometo lo mejor de mi vida”* que cantaron Bárbara y su tío en la conferencia) y utilizarlas para alcanzar a más y más para el reino de Dios, empezando por su propio campo misionero: su casa, sus familiares y vecinos, sus compañeros de colegio… Por eso, cuando regresó a su Patria, lo primero que quiso hacer fue buscar a Fabián…


ESCENA 4

(Se ve otra vez el aula de clase. Los compañeros están sentados, todos con rostros compungidos, formando un solo grupo. Natalia entra a la clase con rostro radiante y firmeza en el paso; de pronto, Marcela se levanta y corre hasta ella. Natalia mira a sus compañeros como tratando de comprender lo que estaba pasando.)
Marcela: ¡Natalia! ¡Natalia! (todos las miran) ¡Fabián! ¡Fabián!
Natalia: ¿Fabián? (Mira el asiento vacío de Fabián. Agarra por los hombros a Marcela.) ¿Qué pasa con Fabián?
Marcela: Fabián se mató… (se lleva las manos a la cara y rompe a llorar. Natalia se queda petrificada, las lágrimas saltan de sus ojos) ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! (Micaela se levanta, abraza a Marcela y la saca fuera de la clase, mientras ésta sigue repitiendo “Fue horrible”. Natalia se desploma sobre el asiento, tan muda y petrificada como antes, después se inclina sobre la mesa y rompe en un amargo llanto. Rubén se acerca a Natalia, hace como que le toca la cabeza, pero no se anima. Los hombres empiezan a secarse los ojos y uno por uno salen del aula de clase).
Natalia: (Alzando el rostro completamente cubierto de llanto, mira alrededor y se encuentra sola, se levanta lentamente y se dirige al asiento de Fabián. Pasa sus dedos sobre su pupitre) ¡Dios! ¡Yo era su esperanza, y le fallé! ¡Y ahora ya no hay más oportunidad! Ahora… (De pronto mira fijamente a la pared, como si estuviera viendo lo que imaginaba: ve a Fabián en medio de las llamas. Éste grita, con un clamor que suena ahogado y profundo: “¡Natalia! ¡Vos sabías y no me lo contaste! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¿Por qué no me libraste de esta horrible suerte? ¿Por qué no me diste el mensaje de Jesús? ¡Ahora estoy perdido! ¡Perdido para siempre jamás! ¡Naaaataaaaliaaa!” La joven vuelve a sentarse y rompe nuevamente a llorar. En ese momento, Arturo entra al aula).
Arturo: (Señalando hacia Natalia) Allí está, señor.
(Un hombre de mediana edad entra a la sala, se acerca a Natalia y pone su mano sobre su cabeza.)
Natalia: (Alzando la vista) ¡Papá! (se levanta como un rayo y abraza a su padre) ¡Papá! Fabián… Fabián…
Papá de Natalia: Lo sé, hija… Lo sé…
Natalia: Papi… él se acercó a mí y yo no lo ayudé… ¡No supe hacerlo! ¡En realidad, no me esforcé por ayudarlo! (Llora otra vez) …Y cuando le dije algo, lo hice mecánicamente… como una fórmula… Hoy ya es tarde… ¡hoy está en el infierno! (Llora y hunde nuevamente su cabeza en el pecho de su padre)
Papá de Natalia: (Suspira hondamente) Corazón, ya no se puede hacer nada por él. Y aunque sientas el peso de lo que pudo haberse hecho y no se hizo, no puedes vivir llorándolo, porque alrededor tuyo hay muchos Fabianes que necesitan del Cristo que vive en ti. Dios no te desecha, mi hija, te da una nueva oportunidad para hacer su voluntad… (Natalia alza la cabeza y seca sus lágrimas) ¿Quieres quedarte o volver a casa?
Natalia: (Mirando el asiento de Fabián) Hoy voy a llorar lo que no hice… Mañana será otro día…
Papá de Natalia: Siempre y cuando haya un mañana… (salen lentamente por la puerta, los compañeros se quedan mirando).

ESCENA 5

Relator: El suicidio de Fabián selló con fuego la decisión que Natalia tomó durante la conferencia. Para ella se hicieron vida las palabras bíblicas “Hoy es el día de salvación”. La inminencia de la muerte, la certeza de que “El que no tiene a Cristo, no tiene la vida”, está irremediablemente condenado a un castigo eterno, y el privilegio bendito otorgado por Dios de Conocer el camino para reconciliar al hombre con su Creador, la sangre preciosa de Cristo Jesús, le dieron el coraje que necesitaba para vencer la atadura de su timidez y cobardía. Lo primero que hizo, una vez repuesta del impacto de la muerte de Fabián, fue pararse durante la formación general en el colegio para presentar a sus compañeros y profesores, el mensaje que podría haber salvado a Fabián.
(Aquí se presenta el Evangelio)

domingo, 29 de mayo de 2011

CASTILLO FUERTE

castillo fuerte


Castillo fuerte es nuestro Dios,
defensa y buen escudo;
con su poder nos librará
en este trance agudo.

Con furia y con afán
acósanos Satán;
por armas deja ver
astucia y gran poder:
cual él no hay en la Tierra.

Nuestro valor es nada aquí;
con él todo es perdido;
mas por nosotros pugnará
de Dios, el Escogido.

¿Sabéis quién es? Jesús,
el que venció en la cruz,
Señor de Sabaoth;
y pues que Él sólo es Dios,
Él triunfa en la batalla.

Aun si están demonios mil
prontos a devorarnos,
no temeremos porque Dios
sabrá aún prosperarnos.

Que muestre su vigor,
Satán; y su furor
dañarnos no podrá,
pues condenado es ya
por la palabra santa.

Sin destruirla dejarán,
aun mal de su grado,
esta palabra del Señor;
Él lucha a nuestro lado.

Que lleven con furor
los bienes, vida, honor,
los hijos, la mujer...
todo ha de perecer...
de Dios el reino queda.


Martín Lutero

domingo, 29 de agosto de 2010

COMO JEREMIAS

jeremías el profeta llorón

Este poema, escrito por Mirta de Eisenkölbl, tiene la finalidad de infundir ánimo al creyente que atraviesa por alguna situación difícil.

El fiel cariño reclamó un poema,
la tristeza se hizo palabras,
y mi ser de confiado poeta
buscó la fuente de toda esperanza.

Pensé: “Mi decir sería vano,
y estéril el propio consuelo,
si el Espíritu no fuere guiando
lo que siento decir debo”.

Me trasladé a Jeremías y su triste lamento.
“No me acordaré más de Él, ni hablaré ya en Su Nombre”,
sentenciaba el profeta de los mil sufrimientos,
que por Dios fue blanco de las afrentas del hombre.

Mas… ¿Acabaría allí su carrera heroica?
¿Retrocedería en la fe, quien fe predicó?
El fuego del Señor en su carne estoica,
a replicar: “traté de sufrirlo, y no pude”, obligó.

Hermano mío, hermanito del alma,
no te amedrenten las gigantescas olas
de tentaciones y pruebas amargas,
pues a todo cristiano en parte le toca.

Tú, más que yo, sabes
que es inútil afanarse por el mañana.
¡Si el precavido Dios y Padre,
tiene nuestra vida totalmente planeada!

Si cuanto anhelas no tienes, por fe espera;
sabes que el justo por ella vivirá,
la voluntad de Dios es perfecta y es buena,
y en el tiempo debido se manifestará.

Tú y yo una lección tenemos,
(pues semejante lucha también afronté):
a nuestro Redentor mirar sólo debemos
todos los días que el Señor nos dé.

A predicar, consolar, caminar por fe…
¿Lo demás? Lo demás añadido será.
Confiemos en su amor y poder,
y en las incontables pruebas de su fidelidad.

¡Vamos! Como Jeremías también exclamemos:
“Jehová está conmigo, como poderoso gigante”.
¡Verás cómo las tentaciones venceremos
y nuestro andar será gozoso y triunfante!

domingo, 11 de abril de 2010

EN RESCATE POR MUCHOS

Cristo resucitado

Este poema, surgido de la pluma de Manuel Pérez del Busto, hace alusión a algunos aspectos importantes de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es apropiado para actos relacionados con la Semana Santa.



Mateo 20:28


Cristo, que fue por todos flagelado
en la columna alegre del martirio,
deshojóse lo mismo que un lirio
en un bouquet de vidrio apasionado.


Por la ley de su pueblo condenado
al creerle sumido en el delirio,
apagóse en la cruz, igual que un cirio
al que hubiesen dejado abandonado.


Así lo vio el Sanedrín y Roma,
creyendo corromper el sacro aroma
del místico incensario del amor…


Pero Cristo, potente y victorioso,
vencedor del Averno tenebroso,
vive y reina eterno Salvador.

Manuel Pérez del Busto
Madrid, 1974