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miércoles, 15 de junio de 2011
No te quiero sino porque te quiero
No te quiero sino porque te quiero,
Y de quererte a no quererte llego,
Y de esperarte cuando no te espero
Pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero.
Te odio sin fin, y odiándote te ruego,
Y la medida de mi amor viajero
Es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de Enero
Su rayo cruel mi corazón entero
Robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero,
Y moriré de amor porque te quiero.
Porque te quiero amor, a sangre y fuego.
Pablo Neruda (Chileno)
martes, 14 de junio de 2011
Soneto a Cristo crucificado
No me mueve, mi Dios, para quererte
El cielo que me tienes prometido:
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
Clavado en esa cruz, y escarnecido;
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
Muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme tu amor en tal manera
Que aunque no hubiera cielo yo te amara
Y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
Que aunque cuanto espero no esperara
Lo mismo que te quiero te quisiera.
Sor Juana de la Cruz
domingo, 12 de junio de 2011
La bandera argentina
Dos pedazos de cielo aprisionaron
a una cinta de plata sin mancilla,
y en medio, el sol lució su maravilla,
y así, sol, plata y cielo la formaron.
Esa bandera fue la que en el llano
de Salta y Tucumán, ondeó con gloria,
y presidió en su mástil la victoria
que coronó la frente de Belgrano.
Esa bandera fue la que adoraron,
y a cuya sombra pródiga forjaron
ideales de bien, los hombres grandes.
Y esa misma bandera, noble y bella,
fue para San Martín como una estrella
en su atrevido paso de los Andes.
Adrián Cañas y Delgado
(Peruano)
miércoles, 25 de mayo de 2011
PATRIA
Este soneto, del argentino Leopoldo Díaz, tiene la virtud de encerrar en sus versos endecasílabos, la sencillez y la elegancia propias de las grandes obras. Y pese a que fue inspirada por el amor hacia su país,la Argentina, puede ser utilizada para su declamación en festejos del Día de la Patria de cualquier otra nación.
PATRIA
Patria es la tierra donde se ha sufrido,
Patria es la tierra donde se ha soñado,
Patria es la tierra donde se ha luchado,
Patria es la tierra donde se ha nacido.
Patria es la selva, es el oscuro nido,
La cruz del cementerio abandonado,
La voz de los clarines que ha rasgado
Con su flecha de bronce nuestro oído.
Patria es la errante barca del marino
Que en el enorme piélago sonoro
Deja una blanca estela en su camino.
Y patria es el airón de la bandera,
Que ciñe con relámpagos de oro
El sol, como una virgen cabellera.
de Leopoldo Díaz (1862-1947) Poeta argentino de fina sensibilidad, considerado uno de los mejores sonetistas de nuestra lengua. Diplomático desde su juventud, representó a la Argentina en diversas naciones de Europa y América.
domingo, 11 de abril de 2010
EN RESCATE POR MUCHOS
Este poema, surgido de la pluma de Manuel Pérez del Busto, hace alusión a algunos aspectos importantes de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es apropiado para actos relacionados con la Semana Santa.
Mateo 20:28
Cristo, que fue por todos flagelado
en la columna alegre del martirio,
deshojóse lo mismo que un lirio
en un bouquet de vidrio apasionado.
Por la ley de su pueblo condenado
al creerle sumido en el delirio,
apagóse en la cruz, igual que un cirio
al que hubiesen dejado abandonado.
Así lo vio el Sanedrín y Roma,
creyendo corromper el sacro aroma
del místico incensario del amor…
Pero Cristo, potente y victorioso,
vencedor del Averno tenebroso,
vive y reina eterno Salvador.
Manuel Pérez del Busto
Madrid, 1974
domingo, 21 de febrero de 2010
A la Patria
Soneto escrito por la pluma del ilustre escritor e historiador paraguayo Juan E. O’Leary, especialmente apropiado para actos estudiantiles en conmemoración del Día de los Héroes, que en Paraguay se celebra el 1º de Marzo, fecha en que la más grande y representativa figura patriótica paraguaya sucumbe en la ribera del río Aquidabán Nigüi, en Cerro Corá, norte paraguayo, con el resto misérrimo de su otrora glorioso ejército, en el año 1870.
El poema es un canto dolido al trance colosalmente trágico de la República del Paraguay cincuenta años después de su Independencia de la corona española. En efecto, por cuestiones de límites, el país situado en el corazón mismo de Sudamérica, que emergía de entre las naciones recién formadas como una clara potencia industrial y militar, debió enfrentar durante cinco largos años, a tres países que se avinieron a la contienda tras una alianza secreta; por esta razón este conflicto bélico lleva el nombre de Guerra de la Triple Alianza. Tras la guerra, "los campos agrícolas del Paraguay quedaron devastados, el ganado de cualquier tipo, inexistente; y Asunción, la capital de la República, destruida y saqueada. El 58% de la población paraguaya murió en la contienda. La mayor parte de ella, a consecuencia del hambre, las enfermedades o las numerosas pestes que siguieron a las batallas. En todo el Paraguay no quedaron más de 28 000 hombres adultos para intentar la resurrección" (Entre comillas, de "La Guerra de la Triple Alianza" de Jorge Rubiani, quien cita la obra "Historical Dictionary of Paraguay", de R.A. Nixon.
Soberbia cual la palma en la llanura,
sintiendo hasta la tierra estremecida,
sufriste la tormenta embravecida
que ciega marchitara tu hermosura.
Tus hijos combatiendo con bravura
al pie de tu bandera no rendida,
cayeron con la frente siempre erguida,
altivos en la inmensa desventura.
Cayeron... y en sepulcros tus ciudades
se tornaron, y en mudas soledades.
Mas... ay! como la triste madreselva
que brota entre las tumbas y las ruinas,
así, Patria, te erguiste inmaculada,
por la fama y la gloria coronada!
Juan E. O’Leary
Solano López
Soneto nacido de la pluma del ilustre escritor e historiador paraguayo Juan E. O’Leary. Especialmente apropiado para festejos estudiantiles por el Día de los Héroes, que en Paraguay se celebra el 1º de Marzo, fecha en que la más grande y representativa figura patriótica paraguaya sucumbe en Cerro Corá con el misérrimo resto de su otrora glorioso ejército, en el año 1870.
Mas no ha de ser el “Mariscal de Acero” el único héroe de esta gesta. A lo largo de los cinco años que duró la contienda, fueron encendiéndose en el firmamento de la Historia Paraguaya, como las estrellas van ganando fulgor en la medida que la noche avanza, una tras otras las figuras de héroes: hombres y mujeres; niños, jóvenes y ancianos; guerreros, madres, docentes, que al estilo de los legendarios héroes de la antigüedad, defendieron con su propia vida el suelo que amaban, ante el avance inexorable del enemigo compuesto por tres países unidos con el fin de cercenar el naciente poderío y esplendor de la República del Paraguay.
En la persona del Mariscal Francisco Solano López, se recuerda en corazón guaraní de la América del Sur, todos los primeros de marzos, el Día de los Héroes.
Voluntad colosal, orgullo inmenso,
alma gigante, corazón arcano,
es el más alto atleta americano,
digno de los honores del incienso.
Si de la Patria en el amor intenso
es nuestro sacerdote soberano,
nadie le sobrepuja en espartano
valor estoico, irreductible, inmenso.
Todo fue grande en su figura extraña,
que contemplar debemos en la Historia
cual se contempla a veces la montaña,
de la lumbre solar bajo la gloria
llena en conjunto de belleza suma,
ocultos sus abismos en la bruma.
Juan E. O’Leary
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