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lunes, 13 de junio de 2011

La importancia de papá - Dramatización

joven de luto
LA IMPORTANCIA DE PAPÁ

ESCENA 1

(Se ve a la madre escribiendo, luego se detiene y se escucha su voz (que puede ser una grabación)
MADRE: Conocimos a Cristo siendo ya de edad avanzada, cuando nuestras hijas entraron en la difícil etapa de la adolescencia. Nuestras vidas cambiaron drásticamente, sobre todo la de Martín, que de padre severo, irresponsable y poco afectuoso, pasó a ser un padre ejemplar. Sin embargo… ¡Qué dolor! Nora y Marta nunca valoraron el cambio operado en su padre. Tal vez las experiencias de la niñez marcaron profundamente sus vidas y por eso no pueden tratarle con respeto y reconocimiento. ¿Será que alguna vez podrá Martín disfrutar de la deseada demostración de cariño sincero de sus hijas?
MARTA: (Entrando impetuosamente) ¡Buenas tardes mamá! (Se agacha y besa a su madre mientras mira de reojo lo que ella está escribiendo)
MADRE: Buenas tardes, mi hija.
MARTA: ¿Qué escribís?
MADRE: Nada importante… (mirándola a los ojos) ¿Qué tal?
MARTA: (Bajando la mochila sobre una silla) Bien, mamá. ¿Sabés?... (Busca algo en el bolsillo) …la profesora… (mete la mano en el otro bolsillo)… envió un aviso… (mete la mano en el bolsillo del pantalón) …por aquí tengo la nota… (por fin saca el papel, todo arrugado, del último bolsillo que tenía) ¡Aquí está! (se la pasa a la madre).
MADRE: (Con cara de circunstancias y tomando el papel con dos dedos) ¿Esta es la nota?
MARTA: Bueno… lo que pasó es que la profe nos dio el aviso cuando salíamos al recreo… (la madre despliega la nota con mucha paciencia) …y yo la confundí con un papel que iba a tirar en el basurero…
MADRE: (lee la nota y tras un breve instante alza la cabeza y mira a su hija) Está dirigida a tu papá, él la tiene que firmar.
MARTA: Mamá… es lo mismo…
MADRE: Marta, gracias a Dios tenés un padre, él es la cabeza de nuestro hogar, debes reconocerlo como tal hasta en estos detalles.
MARTA: (Musitando) Antes no hablabas así…
MADRE: Antes desconocía lo que era mejor para nosotras, ahora tengo a Jesús y conozco su palabra, sé lo que nos conviene hacer para que seamos felices en esta vida. Una de las cosas que aprendí es el lugar que el marido debe tener en su casa, y vos, Marta, debés honrar a tu padre reconociéndolo como cabeza del hogar. Tomá la nota (se la pasa), tratá de arreglarla y dásela para que la firme.
MARTA: (La toma) Pero mamá… ¿Cómo voy a mostrársela así?
MADRE: Decile lo que me dijiste a mí. Lo entenderá.
MARTA: ¿Entender? ¿Papá? ¿De qué estás hablando, mamá?
MADRE: Marta… tu papá ya no es el de antes. Ha cambiado mucho. ¿No te diste cuenta?
MARTA: ¿Y cómo podría darme cuenta si nunca está?
MADRE: ¿Alguna vez te detuviste a pensar por qué pasa tanto tiempo fuera de casa?
MARTA: Mamá… Por favor… No discutamos inútilmente, mi día fue muy lindo para arruinarlo de esta forma… (se escucha que alguien aplaude)
MADRE: Ha de ser doña Blanca. Voy a atenderla. (Se levanta y dice mientras se va) Arreglá la nota para mostrársela a tu papá. (Marta se queda observando el papel arrugado. De pronto aparece Nora, con un rostro muy triste, baja lentamente sus cuadernos sobre la mesa. Marta la observa detenidamente).
MARTA: ¿Y esa cara de velorio?
NORA: (Dándose vuelta bruscamente) ¡Marta! No me di cuenta de que estabas allí… ¿No supiste lo que pasó?
MARTA: (Con cara intrigada) No. ¿Qué pasó?
NORA: El padre de Susana murió anteayer.
MARTA: ¡¿Queee?! (Mira confundida a su hermana)
NORA: Lo que dije…
MARTA: Pero, ¿cómo? ¡Si nosotras lo vimos el martes…!
NORA: Lo atropelló una camioneta el miércoles, cuando volvía del trabajo…
MARTA: (Se toca la frente y se sienta) ¡Pobre Susana! ¿Ya la viste?
NORA: No. Quiero que me acompañes a su casa.
MARTA: Imposible. Vos sabés cómo me afectan estos acontecimientos.
NORA: Marta… ¡contaba contigo! ¡Es nuestra obligación acompañar a nuestra amiga en su dolor!
MARTA: Sí… Lo sé… Iré contigo… (y luego agrega como en un susurro) …pero sólo por un momento…
NORA: Es suficiente, (la toma del brazo) vamos a darle la noticia a mamá.

ESCENA 2

(Se observa en el medio del escenario a una muchacha vestida de negro. Está sentada mirando ávidamente una fotografía que tiene entre las manos. Marta y Nora se acercan tímidamente, cuando Susana las ve, se pone de pie rápidamente)
SUSANA: ¡Nora! (Exclama con voz quebrada, tiende sus brazos a su amiga y ésta la abraza)
NORA: Mis pésames, Susana, acabo de enterarme…
SUSANA: Gracias (mientras se enjuga las lágrimas al tiempo que se acerca Marta)
MARTA: (Mientras la besa) Lo siento mucho, Susana…
SUSANA: Gracias Marta. (Les indica unas sillas) Siéntense.
MARTA Y NORA: Gracias (se sientan y permanecen en silencio).
SUSANA: Ustedes no se imaginan cuántas cosas se cruzan por mi mente. Mi cabeza está a punto de estallar… (se agarra de la cabeza) Todo fue tan rápido, tan triste, ¡tan horrible! ¡Papá! Papá… (mira el retrato). El domingo ustedes felicitarán a su padre y yo… sólo tendré sus recuerdos… ¿Cómo será nuestra vida sin él? (De pronto mira a las chicas) ¿Se dan cuenta de lo que significa perder para siempre al padre? (Nora hace un gesto negativo con la cabeza mientras que Marta dirige la vista al piso) Papá era como nuestro ángel guardián…De noche nos sentíamos seguras porque él estaba con nosotros. Jamás nos preocupábamos cuando la factura de la energía eléctrica llegaba; y debo confesar que aún hoy no sabemos muchos de los precios de las cosas que compramos del supermercado…Comíamos sin que nosotros moviéramos un dedo para obtener la comida… Además, papá era el que animaba a mamá tras un día de ardua lucha en la casa, con los niños. Y ahora… ¿Qué hará mamá? ¡Está destrozada! Seguramente tendrá que salir a trabajar y yo me quedaré con mis hermanitos… ¡Oh qué cambio tan drástico! ¡Qué grandioso desorden! ¿Cómo hemos de soportar su ausencia? ¿Cómo podré vivir sin su cariño, sin su apoyo, sin su protección? (mira a su amiga) ¡Oh Nora! ¡Nora! Ojalá todo fuese tan sólo un sueño, una horrible pesadilla… (Mete su cabeza en las faldas de su amiga y llora. Nora y Marta también lloran).

ESCENA 3

(Se ve a las hermanas escribiendo una frente a la otra. La madre cruza por la habitación y sonriendo mira a las niñas al tiempo que sale por el lado opuesto. Marta se lleva el lápiz a la boca)
MARTA: Nora…
NORA: ¿Si? (sin alzar la vista)
MARTA: ¿Podés estudiar?
NORA: No.
MARTA: ¿Por qué?
NORA: Me afecta mucho lo de Susana (mirando a su hermana).
MARTA: A mí también me dejó pensando. ¿Te das cuenta, Nora, de todas las cosas que papá tiene que hacer para que nosotras vivamos así?
NORA: Lo estuve pensando… Y también pensé en lo que pasaría con nosotras si Dios quisiera llevarse a nuestro papá.
MARTA: Ni lo pienses, Nora, por favor.
NORA: Pero ya ves, puede pasar.
MARTA: Sí, pero lo importante es que papá vive y que pasado mañana será su día, ¿qué le vas a regalar?
NORA: Yo había pensado comprarle un par de medias…
MARTA: Yo también…
NORA: …pero después de analizar lo que hace papá por nosotras, cambié de idea. Compraré algo más valioso con el dinero de mi alcancía.
MARTA: ¿De tu alcancía? ¡Pero estabas juntando para comprarte una radiograbadora!
NORA: La compraré, Marta, aunque tardaré un poco más en hacerlo. Lo que quiero ahora es demostrar a papá cuánto lo quiero.
MARTA: (Entusiasmada) Yo no tengo mucho dinero, pero lo que tengo me alcanza para hacer una linda torta. ¿Qué te parece?
NORA: Me parece genial. Te ayudaré (Alza la vista y ve venir a su madre) Shhh, que hay moros en la costa.
MADRE: (Colocando un jarrón con flores sobre la mesa) ¿Qué están cuchicheando ustedes?
MARTA: Comentábamos lo de Susana. ¿Verdad que es triste?
MADRE: (Pensativa) Sí… es muy triste…
NORA: Pero nosotras tenemos un papá todavía y vamos a demostrarle que lo queremos mucho.
MARTA: (Mirando a Nora) Nora… Acordate que mamá es una espía de papá. (Todas ríen).

ESCENA 4

(Se ve a las chicas afanadas en ordenar la sala. Marta trae una torta y la coloca sobre una mesa en el medio del escenario.)
NORA: No deberías hacer esto, Marta; después de todo, recién mañana es el Día del Padre.
MARTA: Es que no puedo esperar más. ¿Te imaginás si descubre la torta en la heladera? ¡No podré disfrutar de la cara que pondrá cuando vea su torta! Ah no, eso no me pasará.
NORA: Bueno, me convenciste, pero mi regalo se lo doy mañana.
MARTA: Como quieras, pero apurate, ya es su hora. (Siguen arreglando la casa pero miran continuamente el reloj. Marta sale a la puerta y mira. Vuelve otra vez, se la ve inquieta) Nora… papá no viene…
NORA: Sí… y ya es tarde… no suele atrasarse tanto… (se pasean nerviosas por la sala. De pronto, oyen un ruido y salen corriendo. Frenan en la puerta y se escucha una voz masculina).
VECINO: Buenas noches, señoritas.
NORA Y MARTA: (Decepcionadas) Buenas noches… (Vuelven a sus asientos e inclinan la cabeza)
MARTA: ¿y si le pasó algo?
NORA: (La mira) Voy a encender la radio para escuchar las últimas noticias. (Enciende el aparato y se escucha música, luego)
LOCUTOR: Interrumpimos la programación para brindarles más detalles del lamentable accidente (Nora y Marta se miran horrorizadas) protagonizado por dos unidades del transporte público de pasajeros, en el que perdieron la vida cinco personas y una veintena resultaron con heridas. Los ómnibus estaban al servicio de las líneas 23 y 40. Ambos chocaron frontalmente sobre la avenida Cacique Lambaré. Seguiremos informando en el Noticiero segunda edición. (Se escucha la música otra vez y Nora apaga la radio).
NORA: (Mira a su hermana con desesperación) Marta… papá… ¿Será que…
MARTA: Es su hora y su colectivo… Por algo no estaba llegando…
NORA: (Ambas lloran) Pobre papá, nunca le podremos decir cuánto le agradecemos lo que hizo por nosotras.
MARTA: ¡Oh Señor! Yo quiero ver a mi papá… No permitas que sea él uno de los que se murieron en el accidente…¡Tráelo nuevamente a casa! ¡A casa! ¿Cómo podríamos vivir sin él?
NORA: (De pronto llega el padre pero las chicas no se dan cuenta) Dios mío, perdóname porque muchas veces no le di a mi papá el valor que merecía…Estaba con nosotras y no le apreciamos… y ahora… (llora; el padre se inclina sobre sus hijas y pone sus manos en sus hombros, mientras que susurra a sus oídos)
PADRE: Mis niñas… (Ëstas alzan el rostro y exclaman)
NORA Y MARTA: ¡Papá!
MARTA: ¡Papá! ¡Estás vivo!
NORA: ¿No te pasó nada? Nosotras creímos que…
MARTA: (Está a punto de decir algo pero Marta le arrebata de la boca las palabras) Oh, no importa lo que creíamos! Papá… Nosotras… yo… te doy gracias por darme un papá como vos.
NORA: Además, apreciamos todas las cosas que hacés para que nosotras podamos desarrollarnos digna y saludablemente… (saca un paquete de debajo de la mesa) ¡Felicidades!
MARTA: (Arrojándosele al cuello) Sí, felicidades, papá!!!

Realidades opuestas

caballero en batalla
Si lo encuentras en la calle,
fíjate atentamente,
¡Si parece un gigante
que al enemigo arremete!

Lleva puesta su armadura
y su yelmo de oro fino,
su temida empuñadura
vela radiante en su cinto.

Su escudo tiene el color
de la sangre del Bendito;
su estandarte, la inscripción:
"Por mi Dios, esposa e hijos".

Si descubres en lontananza
polvareda que se acrecienta,
¡Apártate! Que regio avanza
sobre corcel de crin cenicienta

un caballero triunfante,
un luchador esforzado,
un esposo amante,
un papá muy amado.

Viene trayendo el botín,
¡Ha sido tan fiera la guerra!
¡Oh victorioso y fiel paladín,
nuestra gratitud toma por prenda!

papá jugando con su hija

















Si lo vieras en la casa,
sin armadura, sin yelmo,
¡sabrás cómo es tierna el alma
de un papá verdadero!


Mirta de Eisenkölbl

sábado, 11 de junio de 2011

POEMA DEL PADRE

padre abrazando a su hijo
Oye, Negra, ¿te puedo hablar?
Ya los chicos se han dormido,
Así que… deja el tejido,
Que después te equivocas.

Hoy te quiero preguntar:
¿Por qué motivo las madres
Amenazan a sus hijos
Con ese estribillo viejo de:
¡Ah, cuando venga tu padre!?
y… “con tu padre de aquí”,
y, “con tu padre de allá”,
Resulta de que al final,
al verme llegar a mí,
Lo ven en clara a Caín,
Y escapan por todos lados.
Y yo, que vengo cansado
de trabajar todo el día,
recibo de bienvenida
una lista de acusados,

Tú empiezas con tus quejas
Y yo tengo que enojarme,
Igual que hacía mi padre
Al escuchar a mi vieja:
Entraba a fruncir la ceja
Apoyando a ese fiscal,
Que en medio del temporal
Se erigía en Defensora,
Lo mismo que tú ahora
Que siempre me dejas mal.

Si los perdono: “¡Qué ejemplo!
¿Es así como los educas?”
Si los castigo: “Eres bruto,
No tienes sentimientos.”
A mí, a mí que llegué contento
Y no tuve más remedio
Que poner cara de serio
Y escuchar tu letanía…
A mí, a mí que me paso el día
Pensando en jugar con ellos…
Yo sueño con llegar a casa
Y olvidarme felizmente
Del trabajo, de la gente
Y de todo lo que pasa…

Los hijos son la esperanza
Y el porqué de nuestras vidas,
Por eso nunca les digas:
“¡Ah, cuando venga tu padre!”
No quiero encontrar culpables,
Quiero encontrar alegría,
Que no me pongas de escudo
Como lo hacía mi madre,
Que consiguió que a mi padre
Lo imaginara un verdugo.
Él llegaba, y te aseguro,
Que se acababan las risas,
Y en lugar de una caricia,
O hablarle como a un amigo,
Lo miraba compungido
Presintiendo una paliza,
Y el pobre, que me entendía,
Sacudiendo la cabeza,
Escuchaba con tristeza
Lo que mi madre decía,
Y que él, y que él de sobra sabía,
Que con este no se puede…
Que me pinta las paredes…
Que trajo las suelas rotas,
Que la calle, la pelota…
Que me saca canas verdes!
A la cama sin cenar…
Aburrido por demás…
Mi madre me consolaba
Y yo… y yo lo culpaba a él,
A él que había llegado
Recién de trabajar… cansado,
Y ya lo había yo amargado
Con todas mis travesuras.

Los hijos nunca analizan
El sentimiento del padre,
Porque el brillo de la madre
Es tan fuerte, que lo eclipsa.
Sólo le hacemos justicia
Cuando nos toca vivir
a nosotros el problema.

¡Ay! ¡Si mi padre viviera!
¡Qué recién lo comprendí!
¿Y por qué nunca me dijo
Lo mucho que me quería?
Si hoy yo sé cuánto sufría
Al ver enfermo a su hijo.
¿Por qué me miraba fijo
El primer pantalón largo?
Y sé, y sé que hasta me habrá besado
Cuando yo estaba dormido.

Hoy que todo lo comprendo,
¿Por qué no estás a mi lado?
¿Por qué no estás ahora
Para besarte bien fuerte,
Viejo lindo, y ofrecerte
Mi cariño a todas horas?

Besa a tu hijo que llora,
Pero llora con razón,
Porque te pide perdón
Pensando en aquellos días
En que, ciego, no veía
Que eras puro corazón.

Déjame, Negra, que llore,
¡Es tan lindo desahogarse!
En fin…veamos, veamos
Qué hacen nuestros futuros señores,
Mira esos pantalones…
Tápale un poco a la nena…
Sí, sí, ya sé, no me lo digas,
Hoy se fue a la calle sola,
Acuéstate, rezongona,
Mañana… mañana será otro día…

ORACIÓN DE UN PADRE

papá orando


Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte
para saber cuando es débil,
Y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo;
Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada,
y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho;
un hijo que sepa conocerte a ti y conocerse a sí mismo,
que es la piedra fundamental de todo conocimiento.

Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil,
Sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos,
Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad
y a sentir compasión por los que fallan.

Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos,
Un hijo que se domine a sí mismo, antes que pretenda dominar a los demás;
Un hijo que aprenda a reír, pero que también sepa llorar;
Un hijo que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado.

Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te lo suplico,
Suficiente sentido del buen humor de modo que pueda ser siempre serio,
Pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.
Dale humildad para que pueda recordar siempre
la sencillez de la verdadera sabiduría,
La mansedumbre de la verdadera fuerza.

Entonces yo, su padre, me atreveré a murmurar:
No he vivido en vano…


Gral. Douglas Mc Arthur

viernes, 3 de junio de 2011

PATERNIDAD MODERNA

Este pequeño y rítmico poema escrito por Mirta de Eisenkölbl está dedicado al padre moderno.
constructores en andamio
PATERNIDAD MODERNA
Giran las ruedas,
Giran las cintas,
Dedos teclean,
Pies que caminan.
Piensa la mente,
Habla la lengua,
Constantemente
Convence, enseña.


tránsito embotellado

Las horas pasan,
La hora llega,
Rumbo a la casa
Hay otra guerra:
Frenos y rostros
Muy exaltados,
Bocinas, pozos,
¡Mucho cuidado!





Llega jadeante,
Desesperado,
La esposa amante,
Tiende sus brazos;
Llegan los hijos,
El gato, el perro,
Los pequeñitos
Sonríen al verlo,
¡Tanto han guardado
Para decirle,
Ser aprobados
Quieren sentirse!

¿Has reservado,
Padre querido,
Tiempo preciado
Para tus niños?

jueves, 2 de junio de 2011

PAPÁ

papá cuidando a sus hijos

Este poema escrito por Mirta de Eisenkölbl es indicado para festejos del Día del Padre.

PAPÁ


Me levanté una noche calurosa de verano.
En la habilitación semioscura una figura divisé,
Sentada en el sofá, con la cabeza entre las manos,
Y a ella sigilosamente me acerqué.

Quise leer en su rostro sus profundos pensamientos:
¿Era preocupación por mamá y por su salud?
¿Era que planes para nosotros estaba haciendo?
¿Al trabajo se precipitaban sus pensares cual alud?

Papá… mi valiente, mi héroe…
Acaricié con mis palabras su rugosa frente;
Él quiso a éste mundo traerme,
Y una vez aquí ¡luchó por sostenerme!

El por mí pone su cara,
Protege mi pequeña vida,
Él, sobre sus fuertes espaldas,
Lleva la carga de la familia.

Por nuestro bienestar, ¡cuántas veces se negó!
Y al mirar en sus niños una herida abierta,
¡Cuántas silenciosas lágrimas derramó,
Haciéndose un torrente de amor con las nuestras!

Me levanté una noche de verano,
Y dije a mi padre cuánto lo quería,
Que sus esfuerzos no eran vanos,
Que él forjaba la grandeza de la familia.

Papá, eres como un faro, una coraza, un hierro,
Eres como una buena historia en una noche fría;
Papá, ¡Eres el protagonista terreno creado en los cielos,
Por un Dios que sabía muy bien lo que hacía!

martes, 31 de mayo de 2011

COMO MI PAPÁ-Dramatización para el Día del Padre

niño disfrazado de padre

COMO MI PAPÁ
(Parlamento escrito por Mirta de Eisenkölbl, tomando como base la canción “Como mi papá” que hiciera popular el tierno personaje Topo Gigio)

ESCENA ÚNICA

(El telón cubre la mitad del escenario. En la mitad cubierta, los niños, vestidos con la ropa de sus papás, están distribuidos en las gradas. ELI sale de detrás de la cortina. En su rostro se dibuja una sonrisa tierna que pronto refleja preocupación).

RUTH: (Entra apresuradamente. Ve a Eli y se acerca a ella) ¡Eli! ¡Eli!

ELI: (Levanta la vista) ¿Sí?

RUTH: (En tono confidencial, mientras la toma del brazo y se la lleva a un costado) Vení un rato, por favor. (Eli la mira sorprendida). Estoy preocupada, se acerca el Día del Padre y no hay ambiente de fiesta… Yo no veo entusiasmo ni preparativos, la gente apenas recuerda este día…

ELI: Es que… se recoge lo que se siembra, ¿verdad?

RUTH: No hay verdad más grande que esa, pero… es triste que nosotros no aprovechemos esa fecha para honrar a los papis de nuestra Iglesia. Ellos son un ejemplo para nuestra sociedad (Se escucha, como a lo lejos, la melodía de la canción “Como mi papá”).

ELI: Es cierto, pero no te aflijas tanto… (la toma de la mano y la dirige hacia el telón, la música aumenta de volumen. Al llegar hasta la cortina Eli le pide, con un gesto, que mire hacia adentro)

RUTH: (Se lleva las manos a la cara y exclama) ¡Qué lindo!

ELI: (Llevándose el dedo a la boca con rapidez) ¡Shhhh! (Ruth se encoge de hombros como disculpándose) Ellos se imaginan que cantan para sus papás, ¡es notable cómo les gusta esa música!

RUTH: ¡Ah! Pero entonces, ya están practicando.

ELI: No. El número no se va a presentar…
RUTH: Pero, ¿por qué? ¿No te parece que es espectacular que quieran parecerse a su papá? ¡Todos deberían ver esto! (Se abre el telón de golpe. Los niños siguen actuando y cantando como si nadie los viera. Cuando la canción está a punto de terminar, un niño mira hacia las profesoras)

NIÑO 1: (Extendiendo el brazo hacia las profes, grita) ¡Las tías! ¡Las tías!

TODOS: (Se callan bruscamente) ¡Oh! (agachan la cabeza en un segundo embarazoso. Las tías se miran una a otra).

NIÑO 2: Pero, profe… nosotros queremos cantar esa canción…

RUTH: (Haciendo a Eli un gesto pícaro) Y… ¿por qué quieren cantarla?

NIÑO 3: Porque podemos vestirnos con las ropas de nuestros papás.

RUTH: ¿Y para qué querés ponerte la ropa de tu papi?

NIÑO 3: Para parecerme a él…

RUTH: ¿Ves? (Mira a su compañera) ¿No es maravilloso? ¿Qué fórmula usaron sus padres para hacer que nazca en ellos este deseo?

ELI: (Rascándose la barbilla) Mmmm… ¡Averigüémoslo! A ver fulanita* (*el nombre de la niña a la que se pregunta), ¿por qué querés parecerte a tu papá?

NIÑA: …………………………………………* (*la respuesta que esa misma niña ha dado en privado y con antelación. El procedimiento es el mismo para todos los espacios punteados).

RUTH: ¿y vos, …………………………………………?

ELI: y vos, …………………………………………?

RUTH: Supongo que si quieren parecerse a sus padres, es porque los aman, ¿verdad?

TODOS: ¡Sííííí!

RUTH: ¿Por qué querés a tu papá, …………………………………………..?

ELI: y vos, …………………………………………?

NIÑO 4: Yo quiero a mi papá porque ………………………………………

NIÑO 5: y yo también quiero ser igual a mi papá porque ………………………………………

ELI: A ver, a ver, a ver. Una última pregunta. ……………………………….¿Qué es lo que más te gusta de tu papá?

NIÑO 6: ……………………………………………………………..

ELI: ¿y a vos, ………………………………………………..?

NIÑO 7: ……………………………………………………………

RUTH: Ya que ustedes tienen el privilegio de tener papás tan buenos, que hacen la voluntad de Dios cumpliendo con su deber de padres, ¿qué les parece si agradecemos al Señor por darles esta gran bendición? (Los niños asienten con la cabeza).

ELI: ¿Quién quiere orar?

NIÑOS: ¡Yo! ¡Yo!

ELI: Bueno, hagamos el ejercicio que nos enseñó el tío Leo, crucémonos de brazos, agachemos la cabeza y oremos.

NIÑO 8: (Ora)

ELI: Bien, ya que están vestidos así, marchemos a nuestra clase cantando la canción que tanto les gusta (la tía Eli toma de la mano a un niño y encabeza la fila, mientras salen marchando y cantando. Ruth ordena a los niños para que vayan saliendo uno detrás de otro. Cuando todos salen, toma al último y sale con él cantando).

Letra del tema “Como mi papá”

Yo quiero ser como mi papá,
me haré un bigote con la crema de rasurar,
su corbata y sus zapatos me pondré, si, si
y me iré como él a trabajar.

Como mi papá, como mi papá,
qué lindo sería parecerme a mi papá.

Yo quiero ser como mi papá,
con una escoba haré una caña de pescar,
y como él, yo pescaré,
y haré mi bote con la tabla de planchar.

Como mi papá, como mi papá,
que lindo sería parecerme a mi papá.

(Como me gusta hacer las cosas que hace mi papá)

Yo quiero ser como mi papá
me haré un bigote con la crema de rasurar,
su corbata y sus zapatos me pondré, si, si
y me iré como él a trabajar.

Como mi papá, como mi papá,
que lindo sería parecerme a mi papá.

martes, 24 de mayo de 2011

PAPA EN PARAGUAY

padre e hija

Poema indicado para el Día del Padre en actos que promuevan la reflexión.










Papá, en Paraguay, es palabra de efectos encontrados,
Para algunos simboliza un hueco, un amargo silencio
nacido de porqués que jamás serán justificados;
Para otros, es el recuerdo de un buen tiempo
voluntaria e incomprensiblemente cercenado.
Hay quienes lloran ante la querida memoria
que representa, y desempolvan consejos y ejemplos;
Pero hay quienes temen, rechazan y aún odian
al que llamándose papá vive con ellos.

Decir papá para algunos es reabrir una herida,
es recordarles por qué en Dios no creen ni confían.
Por eso, Señor, en este significativo día,
en tu altar vengo a poner el dolor de tantos niños,
huérfanos de padres aunque éstos tengan vida.
Y te ruego por la salvación de los que engendran hijos
y de que existen y los necesitan se olvidan.
También te doy gracias, Dios eterno,
por restañar tantas dolientes heridas
al hacerte Padre de los que a Jesús recibieron
y que jamás sintieron una paternal caricia.

Pero sobre todo, Señor, en esta hora,
Quiero que el mundo sepa cuán agradecida
Te estoy por cada padre que ante ti dobla sus rodillas
y no se avergüenza de mostrar débil su persona.
Por cada hombre que al tamaño de su hijo se humilla,
y lo escucha, llora con él y lo perdona.
Te doy gracias, mi Dios, por cada padre
que rige su conducta por Tu palabra.
Por aquellos valientes que no dudan en negarse
A sí mismos en beneficio de los que aman.

Oh, Señor, Paraguay no sabe cuánto necesita
Que tú restaures a cada miembro de la familia,
Ayúdanos a ayudarles llevando el Evangelio
Que les devuelva la esperanza perdida,
Y les permita comenzar contigo todo de nuevo.


Mirta de Eisenkölbl
18.06.05