viernes, 1 de julio de 2011
Los dos conejos
Por entre unas matas,
seguido de perros
(no diré corría)
volaba un conejo.
De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: -Espera, amigo,
¿qué ocurre?
-Sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo.
-¿Por qué parte vienen?
¡Ah, sí, ya los veo!
Pero no son galgos...
-¿Pues qué son?
-Podencos
-¡Qué! ¿Podencos, dices?
-Sí, como mi abuelo.
-Son galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo.
-Son podencos; vaya
que no entiendes de eso.
-Son galgos, te digo.
-Digo que podencos
En esta disputa,
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.
Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
lléense este ejemplo.
Tomás de Iriarte
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Aprecio mucho su comentario. Cordialmente, Mirta Delia.