Fue la lucha tu vida y tu elemento,
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber, le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tú luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.En su pecho, la niñez de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo,
y al latir, su corazón va repitiendo:
"¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud! ¡Y gratitud!"
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber, le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tú luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.En su pecho, la niñez de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo,
y al latir, su corazón va repitiendo:
"¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud! ¡Y gratitud!"
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
Autor: L. Corretjer
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