Corro de la niñas,
corro de mil niñas
a mi alrededor:
¡oh, Dios, yo soy dueña
de este resplandor!
En la tierra yerma,
sobre aquel desierto
mordido de sol,
¡mi corro de niñas
como inmensa flor!
En el llano verde
al pie de los montes
que hería la voz,
¡el corro era un solo
divino temblor!
En la estepa inmensa,
en la estepa yerpa
de desolación
¡mi corro de niñas
ardiendo de amor!
En vano queréis
ahogar mi canción:
¡un millón de niños
la canta en un corro
debajo del sol!
En vano queréis
quebrarme la estrofa
de tribulación:
¡el corro la canta
debajo de Dios!
Gabriela Mistral
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Aprecio mucho su comentario. Cordialmente, Mirta Delia.